domingo, 17 de abril de 2011

Ana Juan y Nórdica ilustran la vida en fuga


La valenciana Ana Juan es una de las artistas por las que siento especial debilidad. Pintora, escultora, dibujante y autora de libros para niños, tiene el Premio Nacional de Ilustración 2010 en su haber y sigue siendo, pese a todo este currículo, más conocida en el mercado estadounidense que el nacional. Es una paradoja  que comparte con muchos historietistas españoles reclamados por Marvel. En el caso de Ana Juan, los encargos de la revista The New Yorker y su celebrado libro sobre Frida Kahlo le abrieron hace tiempo las puertas del mercado internacional.

Mientras se organiza una gran exposición antológica de sus trabajos en España, los bibliófilos pueden disfrutar con su última creación: las ilustraciones para "Wakefield", ese cuento de Hawthorne que Borges tanto elogiaba y que acaba de editar Nórdica con motivo de su quinto aniversario.

"Wakefield" narra una historia sobre el deseo de desaparecer de la propia vida, sus responsabilidades y rutinas. Pero lo curioso es que Ana Juan se centra en la figura de la esposa abandonada y espiada por un marido que tardó veinte años en volver. Esa mirada femenina y original convierte este clásico del XIX en uno de los libros imprescindibles del siglo XXI: bello, breve y bilingüe.

[Diario de Sevilla, 13-04-2011]

domingo, 10 de abril de 2011

Ai Weiwei entre el mercado, la política y la libertad


Esta fotografía la tomamos el pasado mes de enero en la sala de turbinas de la Tate Modern londinense. Es la célebre instalación de pipas de girasol (Sunflower Seeds) de Ai Weiwei, el más célebre artista chino contemporáneo, arrestado hace ya ocho días por la policía de su país cuando iba a coger un avión para volar a Hong Kong. Aunque la comunidad artística internacional clama por su liberación, el Gobierno chino se niega a dar explicaciones o aduce, perversamente, que se le investiga por delitos económicos.

Si viviéramos en China, este blog estaría hoy vigilado por los servicios secretos o, directamente, censurado, sólo por citar su nombre. Asumimos que el periodista está en todas las dianas de los gobiernos dictatoriales pero en Pekín, como en Teherán, la caza de brujas se ensaña con los creadores, desde artistas conceptuales como Weiwei (muy influido por Duchamp y el minimalismo americano) a cineastas como Jafar Panahi.

La poética de Ai, contestataria, radical y tributaria de la tradición artesanal china, nunca ha dejado de tender puentes entre Oriente y Occidente. Salvo su diseño para el Olímpico de Pekín que proyectaron Herzog & de Meuron, la mayor parte de su obra consta de performances, videoinstalaciones y otros lenguajes con los que el gran público no está muy familiarizado. Pero su mensaje siempre ha estado muy claro y, entre esas ideas, prima la defensa de la libertad individual. Cada una de sus semillas de girasol era distinta de las demás.

Cuando llegamos a Londres el pasado 19 de enero, nos hacía ilusión caminar sobre esos millones de pipas esculpidas en porcelana por miles de artesanos chinos y hasta llevarnos a casa alguna de ellas, como habían hecho ya tantos visitantes. Pero cuando nos acercamos a la inmensa lámina de color negro un guardia de seguridad nos impidó tocarlas o acariciarlas, mucho menos pisarlas. El área estaba ahora acordonada para "garantizar la seguridad del público" y, aunque nos explicaron que la pintura usada en la instalación era tóxica y contenía plomo, todos pensamos que el motivo era económico. Es la paradoja del arte actual: concebido para interactuar con el espectador, se convierte de nuevo en objeto de adoración, inaccesible a las masas y sujeto a las leyes del mercado en cuanto tiene el menor éxito. Unas semanas después, una "edición limitada" de estas pipas se vendía en Sotheby's alcanzando cifras desorbitadas. Tal vez ese día, la nueva potencia económica mundial descubrió que no podía perder de vista al ciudadano Weiwei.

miércoles, 6 de abril de 2011

Giorgio Vasari, cinco siglos después


Piero della Francesca, Giotto, Perugino, Andrea del Sarto, Giulio Romano... son algunos de mis pintores favoritos de todas las épocas. Poder admirar sus murales y lienzos en Arezzo, Roma, Mantua o Florencia ha sido un motivo de felicidad renovada a lo largo de estos años. Por fin tengo en mis manos una sobresaliente edición de las “Vidas” de Vasari, el pintor, arquitecto y orfebre que a mediados del siglo XVI dedicó gran parte de sus esfuerzos a retratar a los artistas italianos, desde Cimabue a Miguel Ángel. Son semblanzas pródigas en leyendas, en mitos y fabulaciones, como aquellas biografías de mártires que circulaban en los catecismos de nuestra infancia. Pero constituyen, a la vez, una apasionada defensa de la entidad del artista como actor principal en la nueva sociedad del Renacimiento y el Manierismo frente al papel anónimo que tuvo en los gremios medievales.

Las “Vidas” de Vasari equivalían, siglos atrás, a un libro de cabecera para todos los amantes del arte pero en las últimas décadas estos textos pasaron a ser mucho más citados que leídos, como ocurre también con el “Tratado de la pintura” de Leonardo da Vinci. Ahora, quinientos años después del nacimiento del autor (Arezzo, 1511- Florencia 1574) merece la pena descubrir sus virtudes y defectos con la lectura que Cátedra ha preparado, la versión más completa y cuidada de cuantas existen en castellano.


Hoy lo contaba así en [Diario de Sevilla. 06-04-2011]

lunes, 4 de abril de 2011

Del asfalto a los escenarios


Son algunos de los integrantes de Crazy Zoo, bailadores de break dance o b-boys, captados por el fotógrafo Antonio Pizarro en la sala La Fundición. Allí debutan mañana y el miércoles como compañía profesional. Dirigidos por Fernando Lima, estos chicos que han aprendido en la calle su vocabulario coreográfico quieren dar el salto y buscarse un futuro sobre los escenarios. Ganas y talento no les falta. Son exponentes del inmejorable momento que conoce el hip hop sevillano, acaso más conocido por sus graffiteros y raperos, como Mala Rodríguez. En su primer espectáculo para teatros, que han titulado Animals' Party, Crazy Zoo mezcla el lenguaje de los b-boys con la danza contemporánea. Sus molinos americanos, sus giros y acrobacias son tan impresionantes como su sentido del ritmo y la disciplina. En una sociedad donde las tasas de paro y fracaso escolar no decrecen, es importante abrir los ojos al potencial de las culturas urbanas como elemento creativo y de integración.

[Diario de Sevilla. 04-04-2011]