martes, 29 de marzo de 2011

Pérez Villalta ante la belleza "excesiva" del rococó


Es uno de los artistas más influyentes de las últimas décadas pero también, aunque muchos coleccionistas lo ignoren, el dueño de una de las prosas más agitadas y divertidas de la literatura andaluza. Guillermo Pérez Villalta acaba de publicar Melancólico rococó en Los Sentidos, un sello impulsado por la galería Rafael Ortiz y que dirige el crítico de arte José Yñiguez, para quien este título es "casi un manifiesto de cómo ve Guillermo el mundo del arte, la moda y nuestro modo de vida, para lo cual se vale de distintos aspectos del rococó".

El creador tarifeño tenía muy claro que "no hay nada más pesado que los ensayos engordados con mala literatura. Hay un idioma aceptado de erudición que me parece terrible, pesado y absurdo, y que consiste en pretender hacer alardes con el lenguaje en vez de defender tus pensamientos e ideas. Y yo tenía muy claro lo que quería contar en este antiensayo".

Para Pérez Villalta, Melancólico rococó consiste en un viaje estético y mental a las artes del pasado desde el presente que surge de su interés por esos momentos desprestigiados, como el manierismo, en los que eclosionan tantas ideas "que resulta difícil digerirlas".

Su interés por esta estética frívola y galante -"que era lo peor vista desde la óptica del movimiento moderno"- comenzó lentamente y desde la pintura, mediante ases sueltos como Chardin, el protagonista de una exposición en el Museo del Prado que Pérez Villalta acaba de visitar y recomienda encarecidamente. "Duchamp, que era un mito para mi generación, decía que en el XVIII no se hizo nada interesante. Pero ahora soy consciente de que mejor que en ese siglo no se ha pintado nunca. Los lienzos de Chardin son de tal regusto y exquisitez que puedes relacionarlos con Morandi. Es la pintura en su estado más refinado".

El autor defiende en su libro la necesidad de volver la mirada a unos nombres desprestigiados por las vanguardias. "A Watteau lo descubrí gracias a la psicodelia y los alucinógenos, que me sirvieron mucho para mis procesos creativos y me permitieron apreciar que tenía una intensidad especial, tenebrosa y nada placentera. Sus árboles resultan tan extraños y terribles como los de Walt Disney, otro de los grandes artistas del siglo XX".

El rococó le permite también a Pérez Villalta extenderse sobre la "falta absoluta de belleza" del mundo actual, dándole otra vuelta de tuerca a un tema sobre el que ha debatido reiteradamente. "La invención de la rocalla no se ha sabido analizar. El rococó ha creado obras increíbles, ha sido un momento parangonable al arte japonés por su sentido de lo exquisito pero fue un periodo muy corto, apenas duró 30 años y conoció un final dramático y melancólico. Porque ese mundo aristocrático que alcanzó un grado de refinamiento extremo, de belleza tan excesiva que te sacaba de tus casillas, era una pompa que tenía que estallar de un momento a otro. Y explotó para dejar paso a la máquina de vapor, al crecimiento urbano, al momento moderno que aún vivimos y que también está ahora en cuestión".

El artista piensa que nuestro presente tiene mucho en común con las crisis que finiquitaron el arte rococó. "La modernidad tenía algo optimista. Hoy el futuro se presenta de nuevo como terrible y nada esperanzador. En el campo todo está lleno de detrimentos y basurillas, por no hablar de las amenazas nucleares. Tampoco el arte te da belleza y yo quiero que me dé lo que me falta, lo que no existe en el mundo de la realidad. El camino del arte es la pura imaginación, liberar la mente y dejarla ir, pues ya estamos bastante acotados por todos lados. El arte es la endorfina que tenemos para vivir la vida, para disfrutarla y hacerla llevadera".

Tiepolo, los paisajistas del siglo XVIII con sus escenarios de fantasía, El columpio de Fragonard -"una buena pintura aunque el tema sea banal y ligeramente pornográfico"- o esa porcelana que ha terminado en los anticuarios porque parece cursi son, para Pérez Villalta, iconos de una época que merece la pena reivindicar frente a "la dictadura del vídeo, las proyecciones y las fotocopias de quienes manejan el poder del arte".

Por eso él defiende a ultranza la pintura, donde se transmiten mundos que están muy adentro, y hace suya la máxima de Chardin, quien decía: "Yo no pinto con colores, pinto con sentimientos".

"No sé qué rollos se han inventado con la muerte de la pintura esos críticos. ¿Cuándo se van a enterar de que lo que tiene que haber es un pensamiento, una sensación? Yo no puedo perder 20 minutos viendo a una tonta dar vueltas por una habitación. Vídeos así me roban mi tiempo. En cambio, la pintura es instantánea y a mí me gusta que el arte esté quieto", defendía Pérez Villalta en la galería Rafael Ortiz ante un auditorio mayormente integrado por artistas (como Carmen Laffón, Pereñíguez y Juan Suárez) que le aplaudieron a rabiar.

[Diario de Sevilla. 20-03-2011]

Un debut tauromáquico para el Colectivo Cobertura Photo


Sólo por su novedad, la iniciativa Se vende toros, que pretende cubrir de grandes imágenes sobre vinilo las fachadas de las viviendas, comercios y bares del Arenal durante la preferia merece un aplauso. Pero si tras ella están algunos de los mejores fotógrafos andaluces, como Fito Carreto, Antonio Pérez, Agustín Hurtado, Tomás Murube o Alberto Rojas Maza, esta intervención sobre la tauromaquia suscita un mayor interés. Con esta muestra urbana, que pretende sumar al público como principal protagonista del 24 al 30 de abril, se presenta en sociedad el Colectivo Cobertura Photo (CCP), articulado en torno a la galería de igual nombre de la calle Narciso Campillo y que pretende servir de plataforma "para la creación, expresión y disfrute" combinando a autores más veteranos, como los ya citados, con jóvenes promesas de la cámara formadas en los cursos anuales de la sala. En este grupo emergente figuran los nombres de María Aya, Yedra Vargas y Germán Gutiérrez. Todos ellos, acompañados por una selección de fotógrafos franceses de la agencia Myop, participarán en un proyecto en el que colabora el Consulado de Francia.

Se trata de ofrecer una mirada diferente al pálpito de Sevilla, y concretamente de su barrio del Arenal, durante los días en que la afición desborda el coso taurino. Pero los fotógrafos no retratarán a los toreros o banderilleros, sino que trabajarán en el exterior de la plaza, recogiendo esas otras vivencias laterales que tienen como protagonistas a los almohadilleros, vendedores ambulantes, puestos de souvenirs, acomodadores, reventas, porteros o matarifes. En suma, una mirada a los gremios vinculados a la tradición maestrante, a los vecinos de un barrio rico en tradiciones e incluso a los buscavidas que cada primavera se acercan con ansiedad a este entorno. Aunque los integrantes de CCP llevan tiempo documentando el tema, no será hasta el Domingo de Resurrección cuando comiencen a disparar. Las mejores instantáneas de ese día serán seleccionadas por el colectivo para su impresión en vinilo y se colgarán al día siguiente en las fachadas de los edificios cuyos dueños colaboran con Se vende toros. Las mejores fotografías tomadas el lunes se colgarán el martes y así sucesivamente hasta el 30 de abril.

Estos registros inéditos se alternarán con copias de imágenes de archivo aportadas por los vecinos y por el Ayuntamiento de Sevilla, "donde hemos realizado pesquisas para incorporar fotos históricas que rememoren el pasado del Arenal", explica Alberto Rojas Maza, director de la galería Cobertura, quien resalta también el acuerdo de colaboración que CCP ha suscrito con Contacto -la distribuidora de Magnum en España- para canalizar sus trabajos, así como su asociación con el colectivo italiano Obiettivo Granieri para montar en 2012 una ambiciosa muestra que comparará la Semana Santa de Jerez, Carmona y Sevilla con la de otros tres enclaves de Sicilia.

[Diario de Sevilla. 27-03-12]

jueves, 10 de marzo de 2011

La melancolía de Lucas Cranach


La Galería Borghese rinde homenaje en Roma a uno de mis pintores favoritos, Lucas Cranach il Vecchio. La muestra reúne varios de sus ciclos más conocidos, como los dedicados a Adán y Eva, de los que Somerset House conserva en Londres la que tal vez sea su expresión más elevada. En la muestra italiana resultan admirables las series dedicadas a la violación de Lucrecia, inmortalizada por Shakespeare en su gran poema épico, y a Salomé portando en bandeja la cabeza de Juan el Bautista.

Cranach aborda aquí muchos otros temas bíblicos y mitológicos pero son estas mujeres fuertes y determinadas las que me maravillan. La crueldad y el terror que inspiran contrasta con este lienzo evocador y nostálgico que, no podía ser de otro modo, el pintor alemán tituló "La melancolía".

El año del conejo


Bienvenidos al año del conejo, animal inquieto por excelencia, según nos indica el pintor taiwanés afincado en Sevilla Ming Yi Chou, protagonista de una magnífica exposición en la galería Birimbao.

La reciente creación de la asociación Artistas Visuales de Andalucía (AVA), con Curro González como presidente y Jesús Palomino en la vicepresidencia, es una buena noticia para un colectivo que necesita organizarse y hablar con voz propia de sus retos, logros y carencias.

Estaremos atentos a los pasos de AVA y a la promesa del Ministerio de Cultura de avanzar, durante 2011, hacia esa Ley de Mecenazgo tan necesaria como esquiva.