miércoles, 24 de agosto de 2011

UNA JORNADA DE MAR


Para retomar esta ociosa bitácora, nada mejor que una ilustración de Daniel Rosell, uno de los mejores dibujantes andaluces. Desde principios de agosto hemos iniciado en Diario de Sevilla una serie literaria dedicada al mar y a la canícula. Con esta imagen, que publicamos hoy, invocamos a Virginia Woolf y aquel faro de Cornualles que ella convirtió en motivo novelístico en la que es, tal vez, la más poética y autobiográfica de sus obras.

Releer es un placer cuando se cuenta con artistas como éste para que todo cobre una nueva luz.

[Diario de Sevilla, 24-08-2011]

domingo, 17 de abril de 2011

Ana Juan y Nórdica ilustran la vida en fuga


La valenciana Ana Juan es una de las artistas por las que siento especial debilidad. Pintora, escultora, dibujante y autora de libros para niños, tiene el Premio Nacional de Ilustración 2010 en su haber y sigue siendo, pese a todo este currículo, más conocida en el mercado estadounidense que el nacional. Es una paradoja  que comparte con muchos historietistas españoles reclamados por Marvel. En el caso de Ana Juan, los encargos de la revista The New Yorker y su celebrado libro sobre Frida Kahlo le abrieron hace tiempo las puertas del mercado internacional.

Mientras se organiza una gran exposición antológica de sus trabajos en España, los bibliófilos pueden disfrutar con su última creación: las ilustraciones para "Wakefield", ese cuento de Hawthorne que Borges tanto elogiaba y que acaba de editar Nórdica con motivo de su quinto aniversario.

"Wakefield" narra una historia sobre el deseo de desaparecer de la propia vida, sus responsabilidades y rutinas. Pero lo curioso es que Ana Juan se centra en la figura de la esposa abandonada y espiada por un marido que tardó veinte años en volver. Esa mirada femenina y original convierte este clásico del XIX en uno de los libros imprescindibles del siglo XXI: bello, breve y bilingüe.

[Diario de Sevilla, 13-04-2011]

domingo, 10 de abril de 2011

Ai Weiwei entre el mercado, la política y la libertad


Esta fotografía la tomamos el pasado mes de enero en la sala de turbinas de la Tate Modern londinense. Es la célebre instalación de pipas de girasol (Sunflower Seeds) de Ai Weiwei, el más célebre artista chino contemporáneo, arrestado hace ya ocho días por la policía de su país cuando iba a coger un avión para volar a Hong Kong. Aunque la comunidad artística internacional clama por su liberación, el Gobierno chino se niega a dar explicaciones o aduce, perversamente, que se le investiga por delitos económicos.

Si viviéramos en China, este blog estaría hoy vigilado por los servicios secretos o, directamente, censurado, sólo por citar su nombre. Asumimos que el periodista está en todas las dianas de los gobiernos dictatoriales pero en Pekín, como en Teherán, la caza de brujas se ensaña con los creadores, desde artistas conceptuales como Weiwei (muy influido por Duchamp y el minimalismo americano) a cineastas como Jafar Panahi.

La poética de Ai, contestataria, radical y tributaria de la tradición artesanal china, nunca ha dejado de tender puentes entre Oriente y Occidente. Salvo su diseño para el Olímpico de Pekín que proyectaron Herzog & de Meuron, la mayor parte de su obra consta de performances, videoinstalaciones y otros lenguajes con los que el gran público no está muy familiarizado. Pero su mensaje siempre ha estado muy claro y, entre esas ideas, prima la defensa de la libertad individual. Cada una de sus semillas de girasol era distinta de las demás.

Cuando llegamos a Londres el pasado 19 de enero, nos hacía ilusión caminar sobre esos millones de pipas esculpidas en porcelana por miles de artesanos chinos y hasta llevarnos a casa alguna de ellas, como habían hecho ya tantos visitantes. Pero cuando nos acercamos a la inmensa lámina de color negro un guardia de seguridad nos impidó tocarlas o acariciarlas, mucho menos pisarlas. El área estaba ahora acordonada para "garantizar la seguridad del público" y, aunque nos explicaron que la pintura usada en la instalación era tóxica y contenía plomo, todos pensamos que el motivo era económico. Es la paradoja del arte actual: concebido para interactuar con el espectador, se convierte de nuevo en objeto de adoración, inaccesible a las masas y sujeto a las leyes del mercado en cuanto tiene el menor éxito. Unas semanas después, una "edición limitada" de estas pipas se vendía en Sotheby's alcanzando cifras desorbitadas. Tal vez ese día, la nueva potencia económica mundial descubrió que no podía perder de vista al ciudadano Weiwei.

miércoles, 6 de abril de 2011

Giorgio Vasari, cinco siglos después


Piero della Francesca, Giotto, Perugino, Andrea del Sarto, Giulio Romano... son algunos de mis pintores favoritos de todas las épocas. Poder admirar sus murales y lienzos en Arezzo, Roma, Mantua o Florencia ha sido un motivo de felicidad renovada a lo largo de estos años. Por fin tengo en mis manos una sobresaliente edición de las “Vidas” de Vasari, el pintor, arquitecto y orfebre que a mediados del siglo XVI dedicó gran parte de sus esfuerzos a retratar a los artistas italianos, desde Cimabue a Miguel Ángel. Son semblanzas pródigas en leyendas, en mitos y fabulaciones, como aquellas biografías de mártires que circulaban en los catecismos de nuestra infancia. Pero constituyen, a la vez, una apasionada defensa de la entidad del artista como actor principal en la nueva sociedad del Renacimiento y el Manierismo frente al papel anónimo que tuvo en los gremios medievales.

Las “Vidas” de Vasari equivalían, siglos atrás, a un libro de cabecera para todos los amantes del arte pero en las últimas décadas estos textos pasaron a ser mucho más citados que leídos, como ocurre también con el “Tratado de la pintura” de Leonardo da Vinci. Ahora, quinientos años después del nacimiento del autor (Arezzo, 1511- Florencia 1574) merece la pena descubrir sus virtudes y defectos con la lectura que Cátedra ha preparado, la versión más completa y cuidada de cuantas existen en castellano.


Hoy lo contaba así en [Diario de Sevilla. 06-04-2011]

lunes, 4 de abril de 2011

Del asfalto a los escenarios


Son algunos de los integrantes de Crazy Zoo, bailadores de break dance o b-boys, captados por el fotógrafo Antonio Pizarro en la sala La Fundición. Allí debutan mañana y el miércoles como compañía profesional. Dirigidos por Fernando Lima, estos chicos que han aprendido en la calle su vocabulario coreográfico quieren dar el salto y buscarse un futuro sobre los escenarios. Ganas y talento no les falta. Son exponentes del inmejorable momento que conoce el hip hop sevillano, acaso más conocido por sus graffiteros y raperos, como Mala Rodríguez. En su primer espectáculo para teatros, que han titulado Animals' Party, Crazy Zoo mezcla el lenguaje de los b-boys con la danza contemporánea. Sus molinos americanos, sus giros y acrobacias son tan impresionantes como su sentido del ritmo y la disciplina. En una sociedad donde las tasas de paro y fracaso escolar no decrecen, es importante abrir los ojos al potencial de las culturas urbanas como elemento creativo y de integración.

[Diario de Sevilla. 04-04-2011]

martes, 29 de marzo de 2011

Pérez Villalta ante la belleza "excesiva" del rococó


Es uno de los artistas más influyentes de las últimas décadas pero también, aunque muchos coleccionistas lo ignoren, el dueño de una de las prosas más agitadas y divertidas de la literatura andaluza. Guillermo Pérez Villalta acaba de publicar Melancólico rococó en Los Sentidos, un sello impulsado por la galería Rafael Ortiz y que dirige el crítico de arte José Yñiguez, para quien este título es "casi un manifiesto de cómo ve Guillermo el mundo del arte, la moda y nuestro modo de vida, para lo cual se vale de distintos aspectos del rococó".

El creador tarifeño tenía muy claro que "no hay nada más pesado que los ensayos engordados con mala literatura. Hay un idioma aceptado de erudición que me parece terrible, pesado y absurdo, y que consiste en pretender hacer alardes con el lenguaje en vez de defender tus pensamientos e ideas. Y yo tenía muy claro lo que quería contar en este antiensayo".

Para Pérez Villalta, Melancólico rococó consiste en un viaje estético y mental a las artes del pasado desde el presente que surge de su interés por esos momentos desprestigiados, como el manierismo, en los que eclosionan tantas ideas "que resulta difícil digerirlas".

Su interés por esta estética frívola y galante -"que era lo peor vista desde la óptica del movimiento moderno"- comenzó lentamente y desde la pintura, mediante ases sueltos como Chardin, el protagonista de una exposición en el Museo del Prado que Pérez Villalta acaba de visitar y recomienda encarecidamente. "Duchamp, que era un mito para mi generación, decía que en el XVIII no se hizo nada interesante. Pero ahora soy consciente de que mejor que en ese siglo no se ha pintado nunca. Los lienzos de Chardin son de tal regusto y exquisitez que puedes relacionarlos con Morandi. Es la pintura en su estado más refinado".

El autor defiende en su libro la necesidad de volver la mirada a unos nombres desprestigiados por las vanguardias. "A Watteau lo descubrí gracias a la psicodelia y los alucinógenos, que me sirvieron mucho para mis procesos creativos y me permitieron apreciar que tenía una intensidad especial, tenebrosa y nada placentera. Sus árboles resultan tan extraños y terribles como los de Walt Disney, otro de los grandes artistas del siglo XX".

El rococó le permite también a Pérez Villalta extenderse sobre la "falta absoluta de belleza" del mundo actual, dándole otra vuelta de tuerca a un tema sobre el que ha debatido reiteradamente. "La invención de la rocalla no se ha sabido analizar. El rococó ha creado obras increíbles, ha sido un momento parangonable al arte japonés por su sentido de lo exquisito pero fue un periodo muy corto, apenas duró 30 años y conoció un final dramático y melancólico. Porque ese mundo aristocrático que alcanzó un grado de refinamiento extremo, de belleza tan excesiva que te sacaba de tus casillas, era una pompa que tenía que estallar de un momento a otro. Y explotó para dejar paso a la máquina de vapor, al crecimiento urbano, al momento moderno que aún vivimos y que también está ahora en cuestión".

El artista piensa que nuestro presente tiene mucho en común con las crisis que finiquitaron el arte rococó. "La modernidad tenía algo optimista. Hoy el futuro se presenta de nuevo como terrible y nada esperanzador. En el campo todo está lleno de detrimentos y basurillas, por no hablar de las amenazas nucleares. Tampoco el arte te da belleza y yo quiero que me dé lo que me falta, lo que no existe en el mundo de la realidad. El camino del arte es la pura imaginación, liberar la mente y dejarla ir, pues ya estamos bastante acotados por todos lados. El arte es la endorfina que tenemos para vivir la vida, para disfrutarla y hacerla llevadera".

Tiepolo, los paisajistas del siglo XVIII con sus escenarios de fantasía, El columpio de Fragonard -"una buena pintura aunque el tema sea banal y ligeramente pornográfico"- o esa porcelana que ha terminado en los anticuarios porque parece cursi son, para Pérez Villalta, iconos de una época que merece la pena reivindicar frente a "la dictadura del vídeo, las proyecciones y las fotocopias de quienes manejan el poder del arte".

Por eso él defiende a ultranza la pintura, donde se transmiten mundos que están muy adentro, y hace suya la máxima de Chardin, quien decía: "Yo no pinto con colores, pinto con sentimientos".

"No sé qué rollos se han inventado con la muerte de la pintura esos críticos. ¿Cuándo se van a enterar de que lo que tiene que haber es un pensamiento, una sensación? Yo no puedo perder 20 minutos viendo a una tonta dar vueltas por una habitación. Vídeos así me roban mi tiempo. En cambio, la pintura es instantánea y a mí me gusta que el arte esté quieto", defendía Pérez Villalta en la galería Rafael Ortiz ante un auditorio mayormente integrado por artistas (como Carmen Laffón, Pereñíguez y Juan Suárez) que le aplaudieron a rabiar.

[Diario de Sevilla. 20-03-2011]

Un debut tauromáquico para el Colectivo Cobertura Photo


Sólo por su novedad, la iniciativa Se vende toros, que pretende cubrir de grandes imágenes sobre vinilo las fachadas de las viviendas, comercios y bares del Arenal durante la preferia merece un aplauso. Pero si tras ella están algunos de los mejores fotógrafos andaluces, como Fito Carreto, Antonio Pérez, Agustín Hurtado, Tomás Murube o Alberto Rojas Maza, esta intervención sobre la tauromaquia suscita un mayor interés. Con esta muestra urbana, que pretende sumar al público como principal protagonista del 24 al 30 de abril, se presenta en sociedad el Colectivo Cobertura Photo (CCP), articulado en torno a la galería de igual nombre de la calle Narciso Campillo y que pretende servir de plataforma "para la creación, expresión y disfrute" combinando a autores más veteranos, como los ya citados, con jóvenes promesas de la cámara formadas en los cursos anuales de la sala. En este grupo emergente figuran los nombres de María Aya, Yedra Vargas y Germán Gutiérrez. Todos ellos, acompañados por una selección de fotógrafos franceses de la agencia Myop, participarán en un proyecto en el que colabora el Consulado de Francia.

Se trata de ofrecer una mirada diferente al pálpito de Sevilla, y concretamente de su barrio del Arenal, durante los días en que la afición desborda el coso taurino. Pero los fotógrafos no retratarán a los toreros o banderilleros, sino que trabajarán en el exterior de la plaza, recogiendo esas otras vivencias laterales que tienen como protagonistas a los almohadilleros, vendedores ambulantes, puestos de souvenirs, acomodadores, reventas, porteros o matarifes. En suma, una mirada a los gremios vinculados a la tradición maestrante, a los vecinos de un barrio rico en tradiciones e incluso a los buscavidas que cada primavera se acercan con ansiedad a este entorno. Aunque los integrantes de CCP llevan tiempo documentando el tema, no será hasta el Domingo de Resurrección cuando comiencen a disparar. Las mejores instantáneas de ese día serán seleccionadas por el colectivo para su impresión en vinilo y se colgarán al día siguiente en las fachadas de los edificios cuyos dueños colaboran con Se vende toros. Las mejores fotografías tomadas el lunes se colgarán el martes y así sucesivamente hasta el 30 de abril.

Estos registros inéditos se alternarán con copias de imágenes de archivo aportadas por los vecinos y por el Ayuntamiento de Sevilla, "donde hemos realizado pesquisas para incorporar fotos históricas que rememoren el pasado del Arenal", explica Alberto Rojas Maza, director de la galería Cobertura, quien resalta también el acuerdo de colaboración que CCP ha suscrito con Contacto -la distribuidora de Magnum en España- para canalizar sus trabajos, así como su asociación con el colectivo italiano Obiettivo Granieri para montar en 2012 una ambiciosa muestra que comparará la Semana Santa de Jerez, Carmona y Sevilla con la de otros tres enclaves de Sicilia.

[Diario de Sevilla. 27-03-12]